lunes, 4 de julio de 2011

Capítulo 2

Esa tarde no se presentaba como una de las mejores, comenzaba a hacer más frio y aun no habíamos preparado a la vieja casa para los tiempos que estaban por llegar, aún quedaban tejas por reparar en el tejado para que la nieve no venciera el tejado; mientras veía a los chicos trabajar encaramados a una escalera me acerque a Mark que estaba sentaba bajo el viejo sauce y se veia algo triste, podía notar que  echaba de menos a sus padres.

-          ¡Hey grandullón! ¿Te parece si vamos de compras y luego merendamos en el parque?

-          Es que- Mark me miro con sus ojos cristalinos- es que…

-        Oye - me senté a su lado y  lo abrace contra mi pecho- ¿Qué pasa? ¿No te encuentras bien?

-       No es eso, da igual, solo es que he perdido mi pelota, ya sabes, la de la suerte.

-         Lo mire sonriente, a veces esos pequeños te podían sorprender - Vamos a buscarla, y si no la encontramos seguimos buscándola después de volver de las compras- le acaricie su pelo rubio lleno de rizos, se parecía tanto a su madre- ¿vale?

-       ¡Si!- me dedico una preciosa sonrisa y me cogió de la mano.

Teníamos media hora para buscar la pelota, no era muy grande, pero la casa sí que lo era, tenía dos pisos, el sótano y una buhardilla, por no hablar del jardín; encontrar esa pelota no iba a ser tarea fácil.
Buscamos por el salón, el comedor, la cocina y los baños, pero ni rastro de la pelota, así que subimos a buscar por los cuartos, el primero sería el de mis hermanos, solo éramos tres, mis dos hermanos y yo, yo era la mediana, y los adoraba, aunque a veces desearía ser hija única.

-          Andre o Luise me da igual alguno de los dos, ¿Habéis visto la pelota de Mark?

-          No, no hemos visto ninguna pelota y cambiando de tema- Andre el mayor me cogió por la cintura, me tiro a la cama y me empezó a hacer cosquillas- ¿Qué quiere mi hermana favorita para su decimoctavo  cumpleaños?

-          Andre! Para- apenas podía hablar de la risa- ya que lo preguntas quiero un coche, uno de esos descapotables.

-          ¡No eres lista ni nada! – dijo Luise mientras encendía la Play y le tiraba un mando a Andre.

-          Tu cállate Luise, ¡sigo enfadada contigo!- la ultima de mi hermanito había sido decirles a mis padres que salía con un chico y con lo protector que es mi padre me hizo llevarlo a casa para que lo conocieran- nunca te perdonare.

-          ¡Vamos Becca! No puedes estar enfadada de por vida, ¿o sí?

-          Digamos que te hare pagar por eso, bueno chicos ¿venís con nosotras de tiendas?

-          No podemos, papa nos ha pedido que vayamos esta tarde a ayudarlo en la tienda, tu novio tiene cosas que hacer y no puede ir a su puesto de trabajo.

-          Mañana tiene un examen para la universidad, es normal que quiera estudiar.

-          Que comprensiva que eres

-          Déjame en paz, vamos Mark nos vamos.

No encontramos la pelota y Mark volvió a encontrarse triste, mi madre condujo hasta la ciudad, ya que vivimos en una casa apartada que ha pertenecido a mi familia desde siempre; no tardamos mucho en llegar, apenas unos 30 minutos.

-          Mama, ¿no hay silleta para Leslie?

-          Me temo que no, tu tío apenas trajo nada para la niña, no sé en qué estaría pensando.

Con una niña en los brazos y otro agarrado a la pernera de mi pantalón nos adentramos en las tiendas, yo apenas podía hacer nada porque me encontraba aprisionada por los dos lados, así que al final deje a mi madre comprando ropa y me fui con Mark y la pequeña a buscar una tienda para comprarle pañales, una silleta y lo que necesitase. No tardamos en tenerlo todo y estar más despejada, la niña iba en el carro y Mark de mi mano cuando este de soltó de repente y corrió hacia un escaparate.

-          ¡Mira Becca! Es como el de mama- se trataba de un reloj de mano como el que su madre solía llevar.

-          La echas de menos ¿Verdad?- el agacho la cabeza y empezó a sollozar- vamos tranquilo.

-          Yo estoy bien, la he conocido, pero y ella- señalo hacia el nuevo carrito- ella no la conoció viva.

-          Pero para eso está su hermano mayor ¿No?, para recordarle lo mucho que su mamá la quiso-  desde la trágica muerte de su muerte el niño había madurado muy rápidamente y no aparentaba los 6 años que tenia- venga vámonos que se está haciendo de noche y tu tía nos está esperando.

Llegamos hasta donde se encontraba mi madre y volvimos a casa, Mark estaba muerto de cansancio y se durmió en el coche, lo cogí en brazos y lo metí en la casa. Todas las luces estaban apagadas, salvo las de la cocina, donde se oía un tremendo ruido, mezcla de gritos y algún que otro choque de cacerolas y hoyas  y de no ser porque lo vi con mis propios ojos no me creería lo que estaba sucediendo allí.

2 comentarios:

  1. Qué lastimilla de peques. Es una buena presentación de los personajes. Nada de descripciones forzosas y largas y unos personajes bastante humanos XDd voy a seguir leyendo y ya te comento que me parece lo que llevas por el momento ^^

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  2. Que linda que eres, no sabes lo mucho que agradezco que comentes, es todo un incentivo para seguir ! =)
    Intento ante todo que sea una historia real, nada de coches voladores o bombas de las que aunque estes al lado no te maten; busco algo que cuando termines de leer pienses que puede "pasar de verdad"

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