Esa tarde no se presentaba como una de las mejores, comenzaba a hacer más frio y aun no habíamos preparado a la vieja casa para los tiempos que estaban por llegar, aún quedaban tejas por reparar en el tejado para que la nieve no venciera el tejado; mientras veía a los chicos trabajar encaramados a una escalera me acerque a Mark que estaba sentaba bajo el viejo sauce y se veia algo triste, podía notar que echaba de menos a sus padres.
- ¡Hey grandullón! ¿Te parece si vamos de compras y luego merendamos en el parque?
- Es que- Mark me miro con sus ojos cristalinos- es que…
- Oye - me senté a su lado y lo abrace contra mi pecho- ¿Qué pasa? ¿No te encuentras bien?
- No es eso, da igual, solo es que he perdido mi pelota, ya sabes, la de la suerte.
- Lo mire sonriente, a veces esos pequeños te podían sorprender - Vamos a buscarla, y si no la encontramos seguimos buscándola después de volver de las compras- le acaricie su pelo rubio lleno de rizos, se parecía tanto a su madre- ¿vale?
- ¡Si!- me dedico una preciosa sonrisa y me cogió de la mano.
Teníamos media hora para buscar la pelota, no era muy grande, pero la casa sí que lo era, tenía dos pisos, el sótano y una buhardilla, por no hablar del jardín; encontrar esa pelota no iba a ser tarea fácil.
Buscamos por el salón, el comedor, la cocina y los baños, pero ni rastro de la pelota, así que subimos a buscar por los cuartos, el primero sería el de mis hermanos, solo éramos tres, mis dos hermanos y yo, yo era la mediana, y los adoraba, aunque a veces desearía ser hija única.
- Andre o Luise me da igual alguno de los dos, ¿Habéis visto la pelota de Mark?
- No, no hemos visto ninguna pelota y cambiando de tema- Andre el mayor me cogió por la cintura, me tiro a la cama y me empezó a hacer cosquillas- ¿Qué quiere mi hermana favorita para su decimoctavo cumpleaños?
- Andre! Para- apenas podía hablar de la risa- ya que lo preguntas quiero un coche, uno de esos descapotables.
- ¡No eres lista ni nada! – dijo Luise mientras encendía la Play y le tiraba un mando a Andre.
- Tu cállate Luise, ¡sigo enfadada contigo!- la ultima de mi hermanito había sido decirles a mis padres que salía con un chico y con lo protector que es mi padre me hizo llevarlo a casa para que lo conocieran- nunca te perdonare.
- ¡Vamos Becca! No puedes estar enfadada de por vida, ¿o sí?
- Digamos que te hare pagar por eso, bueno chicos ¿venís con nosotras de tiendas?
- No podemos, papa nos ha pedido que vayamos esta tarde a ayudarlo en la tienda, tu novio tiene cosas que hacer y no puede ir a su puesto de trabajo.
- Mañana tiene un examen para la universidad, es normal que quiera estudiar.
- Que comprensiva que eres
- Déjame en paz, vamos Mark nos vamos.
No encontramos la pelota y Mark volvió a encontrarse triste, mi madre condujo hasta la ciudad, ya que vivimos en una casa apartada que ha pertenecido a mi familia desde siempre; no tardamos mucho en llegar, apenas unos 30 minutos.
- Mama, ¿no hay silleta para Leslie?
- Me temo que no, tu tío apenas trajo nada para la niña, no sé en qué estaría pensando.
Con una niña en los brazos y otro agarrado a la pernera de mi pantalón nos adentramos en las tiendas, yo apenas podía hacer nada porque me encontraba aprisionada por los dos lados, así que al final deje a mi madre comprando ropa y me fui con Mark y la pequeña a buscar una tienda para comprarle pañales, una silleta y lo que necesitase. No tardamos en tenerlo todo y estar más despejada, la niña iba en el carro y Mark de mi mano cuando este de soltó de repente y corrió hacia un escaparate.
- ¡Mira Becca! Es como el de mama- se trataba de un reloj de mano como el que su madre solía llevar.
- La echas de menos ¿Verdad?- el agacho la cabeza y empezó a sollozar- vamos tranquilo.
- Yo estoy bien, la he conocido, pero y ella- señalo hacia el nuevo carrito- ella no la conoció viva.
- Pero para eso está su hermano mayor ¿No?, para recordarle lo mucho que su mamá la quiso- desde la trágica muerte de su muerte el niño había madurado muy rápidamente y no aparentaba los 6 años que tenia- venga vámonos que se está haciendo de noche y tu tía nos está esperando.
Llegamos hasta donde se encontraba mi madre y volvimos a casa, Mark estaba muerto de cansancio y se durmió en el coche, lo cogí en brazos y lo metí en la casa. Todas las luces estaban apagadas, salvo las de la cocina, donde se oía un tremendo ruido, mezcla de gritos y algún que otro choque de cacerolas y hoyas y de no ser porque lo vi con mis propios ojos no me creería lo que estaba sucediendo allí.
Qué lastimilla de peques. Es una buena presentación de los personajes. Nada de descripciones forzosas y largas y unos personajes bastante humanos XDd voy a seguir leyendo y ya te comento que me parece lo que llevas por el momento ^^
ResponderEliminarQue linda que eres, no sabes lo mucho que agradezco que comentes, es todo un incentivo para seguir ! =)
ResponderEliminarIntento ante todo que sea una historia real, nada de coches voladores o bombas de las que aunque estes al lado no te maten; busco algo que cuando termines de leer pienses que puede "pasar de verdad"